Cuando una puerta abierta parece un detalle… pero no lo es
Cuando una puerta queda abierta unos segundos de más, el clima interior cambia al instante. Ese pequeño escape de aire frío o caliente no solo afecta la comodidad: también aumenta tu consumo de energía, aunque no lo notes.
Lo curioso es que, en muchos edificios, la mayor fuga térmica no viene de ventanas mal selladas ni de equipos viejos, sino del acceso principal. Es un punto que usamos todos los días, pero que rara vez se analiza como parte del ahorro energético.
Las puertas automáticas entran justo aquí.
Aunque muchos las ven solo como un tema de comodidad, su impacto en la eficiencia energética es enorme. Al abrir solo cuando es necesario y cerrarse en el momento preciso, reducen fugas de aire, alivian el trabajo del aire acondicionado y mantienen el ambiente estable sin que tengas que cambiar nada en tu operación diaria. Es increíble cómo unos segundos bien controlados pueden representar miles de pesos ahorrados al año, sobre todo en edificios con alto flujo.

Lo que pasa en un edificio con tráfico constante
Imagina un lobby de hotel, una tienda muy transitada o un hospital donde las puertas están en movimiento todo el día. Cada apertura innecesaria permite que el aire climatizado se escape y obliga al sistema HVAC a trabajar más de la cuenta. Con el tiempo, ese sobreconsumo se vuelve enorme.
La buena noticia es que corregirlo no es complicado. Una puerta automática bien calibrada puede reducir la fuga térmica entre un 10% y 25%, lo que para muchos edificios significa un ahorro inmediato.
Elegir la puerta correcta hace toda la diferencia
Cada tipo de puerta automática tiene ventajas distintas:
Corredizas: ideales para flujo continuo; rápidas y con buen sellado.
Telescópicas: aprovechan el espacio sin perder eficiencia.
Batientes automáticas: útiles en accesos estrechos.
Herméticas: perfectas para hospitales y áreas controladas.
Lo importante es que, sin importar el modelo, todas ofrecen un nivel de eficiencia imposible de conseguir con una puerta manual.
Dónde se nota más el ahorro
Las puertas automáticas tienen un impacto especialmente fuerte en lugares con tráfico constante, como:
Hospitales
Hoteles
Tiendas y supermercados
Oficinas corporativas
Aeropuertos
En todos estos espacios, ayudan a controlar mejor el clima interior y a bajar costos desde el primer día.
Cómo saber si tu edificio ya las necesita
Estas señales lo dicen todo:
El aire acondicionado trabaja demasiado.
La temperatura cerca de la entrada es inestable.
El flujo de personas es constante.
Tus costos de energía van en aumento.
Si te identificas con dos o más, el acceso probablemente ya está generando pérdidas energéticas importantes.
Un cambio sencillo que transforma la eficiencia
Una puerta automática puede cambiarlo todo. Algo tan cotidiano como la forma en que se abre una puerta tiene un impacto directo en tus costos, en tu operación y en la sustentabilidad de tu edificio. Es una mejora discreta, pero poderosa, que empieza a dar beneficios desde el primer día.
Si buscas que tu espacio sea más cómodo, más eficiente y más sostenible, este es uno de los mejores lugares para empezar.
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